Ciertamente que Joan Manuel Serrat es uno de los pocos cantautores que no me cae gordo. Muchas de sus canciones son verdaderos himnos en favor de la libertad; pero además "el flaco" usa su talento para desnudar las crudas infamias y simplonas vanidades de la grosera sociedad; y sin duda, sabe donde golpear; conoce el lugar preciso donde zamarrear las torpes tarugadas de la estulta chusma; chistosamente, un segmento de populacho (seudo comunistas y vagos socialistas con aspiraciones a pequeños burgueses que pretenden pasar por intelectuales cantando sus canciones), es quien más disfruta del talento del trovador catalán, a pesar de las carajeadas implícitas en sus canciones. Que decir de esos imbéciles que piensan que han cambiado el mundo simplemente por repetir maquinal y escandalosamente los poemas que los desenmascaran como cretinos alienados.
Pero, no es precisamente la chusma burda, el objetivo original; en realidad, el centro, hacia donde Serrat dirige sus armoniosas punzadas son, principalmente los crueles capataces de esa chusma esclava; aquellos, los que reciben la especial atención de Joan Manuel.
En aquellos puntuales casos, su música y poesía acompañan magistralmente las gloriosas y bien merecidas puteadas contra este mundo social de porquería; aunque la gran mayoría de fanáticos no entiendan el mensaje de sus canciones; y otros, las canturreen hipócritamente, conscientes que aquella denuncia social está dirigida contra ellos, infames criados de los dueños del circo; seres despreciables que cantan las injusticias y crueldades del sistema y al día siguiente todavía oliendo a trago, se constituyen en las principales armas viles de los tiranos de esta farsa que llamamos Estado.
De la poca influencia que generan sus metáforas (no por su contenido, sino, por la estolidez de la masa social) en la mente y decisiones del populacho, están conscientes las “élites” de habla latinoamericana, catalana e hispana; por eso, quizá nadie o casi nadie fastidie al trovador y sus “locuras”; por eso quizá, las evolucionadas ratas humanizadas toleran sus sonetos musicales, algunos, dirigidos específicamente contra ellos.
Inicialmente pensaba reflexionar sobre algunas de las verdades denunciadas en los versos libres de Joan Manuel, pero, no lo haré; sea usted amigo lector, quien, concuerde solidariamente con la poesía de Serrat, o saque sus propias conclusiones morales.
Pdata: La canción de la primera secuencia de imágenes responde al nombre de: Vagabundear.
La segunda, se llama: Algo Personal.
Y el audio final: Princesa.
3 comentarios:
J.M. Serrat sabe tocar las cuerdas íntimas del ser.
Saludos amigo Saulo,
Sin duda el talento y la originalidad interpretativa de Serrat se imponen en un universo de mercantilismo vacio, personalmente respeto mucho a Serrat por su calidad de compositor y por la maravilla de acordes que mezcla en sus interpretaciones, muchas de ellas nacidas solamente para voz y guitarra pero magistralmente compuestas que las han interpretado muchas orquestas en el mundo.
Admiro mucho la sinceridad y sencillez de canciones como Mediterraneo, asi como el simbolismo y profundidad de Princesa o Para la Libertad o Parabola, sin menospreciar a canciones romanticas tan preciosas como Penelope o Yo se de una Mujer.
Que buenos gustos amigo Saulo, siempre un placer.
Nelson Esteban
Hermann, y Nelson, creo que han sido muy expresivos en sus comentarios.
Steve, como siempre un gusto contar con tus honestas opiniones.
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