lunes, 29 de septiembre de 2008

¡Triunfó la estupidez!, una vez más.

Pues, que se puede decir salvo que: el populacho ha hablado. La decisión está tomada. Ni modo. No queda más que acatar los resultados y en mi caso, terminar de leer el mamotreto de 444 artículos. Adicionalmente al régimen transitorio, debo haber llegado al artículo 150, en realidad ya no me acuerdo. Con lo que leí, tenía razones más que suficientes para tomar la decisión de anular el voto.

Me pregunto, de las personas que votaron por el Sí y por el No, ¿cuántas realmente se molestaron en leer siquiera parte del entonces proyecto?, ¿cuántas votaron conscientemente ora por el Sí, ora por el No? Quienes mencionaron que el proceso sería un examen a la gestión de Rafael Correa, tenían razón. Lo cierto es que después de los resultados, Rafael Correa, aparece consolidado en la arena política.

La gente ha votado a favor de la salvaje golpiza en Dayuma y lo que aquello significa, terrorismo de estado. La población afirmativa le ha dado un sí a los contratos públicos a dedo. La turba inconsciente ha dicho sí a la salvaje inflación que está masacrando nuestras economías. La masa a dicho sí a la prepotencia, al cinismo ya a la mentira. Le ha dicho No a la partidocracia conservadora y socialcristiana, pero le dicho que Sí a la partidocracia emepedista, socialista y neovelasquista. ¡Gran cambio!

Naturalmente que la capacidad, de Correa y sus sátrapas grises, para manipular al populacho, perdón, al pueblo, fue primordial para conseguir el triunfo en el referéndum. Pero existen otras razones que me parecen fueron trascendentales para la victoria del Sí.

La opinión pública oficial, básicamente la de los canales de televisión y de los periódicos, y sus manifestaciones parciales a favor de los intereses tradicionales de las oligarquías y sus testaferros naturales, la partidocracia conservadora, fueron factores decisivos a favor del Sí. Negocios familiares como los de ese pasquín chapetón llamado “El Comercio”, hasta su nombre lo denuncia, con una línea editorial curuchupescamente asquerosa, pedante y corrupta, motivaron a muchísimos ecuatorianos a votar por el Sí.

Falsos periodistas, verdaderas ratas de alcantarilla, se constituyeron en los mejores difusores de la imagen del Amado Líder. Unos adoptando una posición cobarde, servil y cómplice del proyecto de Alianza País. Otros con intervenciones interesadas y sesgadas en algunos casos, y en otras, jactándose sospechosamente de una falsa oposición. Especial participación del gacetillero andrógino por excelencia, , quien más si no Carlos Vera, el narcisista valentón, un individuo que con un lenguaje remilgado y mestizo, engaña, encubre, difama, entorpece, manipula y distrae. Autoetiquetado férreo detractor de Correa, no escatimó tiempo y confabulación en defensa de Paula Romo, Alberto Acosta, del "concho" Cordero, y de toda la manga de alcahuetes del Amado Líder. ¡Bien vivísimo, el muy…..!

Que decir de Jorge Ortiz, un tipo que deambula entre los mitos de su complejo de intelectual y las imposiciones de la mafia del Banco Pichincha. Personaje éste, que se limitó a invitar a: bufones de baja estofa, ratas doradas de las cámaras, partidocracia corrupta y a delincuentes oportunistas que bajo la máscara de una falsa oposición incluyeron la muletilla del Sí crítico.

Una de las conclusiones que se puede sacar de los escrutinios, una vez obtenido el total de votos nulos, es que: el 7% de la población en capacidad de votar consciente y sensatamente no es suficiente para dar una dirección correcta a los destinos de un País.

Ni modo, habrá que terminar de leer la nueva constitución. Solo espero poder encontrar algún resquicio constitucional desde donde pueda defender mis tácitos derechos de hombre libre.

martes, 23 de septiembre de 2008

Guadalupe Llori y las venganzas del Héroe de Dayuma.

Sorpresa me causó, conocer que la ex prefecta oriental, Guadalupe Llori, continuaba detenida. Y es que, Yo me imaginaba que, luego de la farsa de la amnistía a favor de quienes fueron brutalmente masacrados en aquellas tierras olvidadas, todos los detenidos habían sido liberados. Humillados, salvajemente golpeados, violentados en sus derechos más básicos y todo, pero finalmente liberados.

En un momentáneo lapsus de ingenuidad había olvidado la miseria humana del temible y amadísimo Líder. El mismísimo que calificó de terroristas a simples agricultores, campesinos, y artesanos que tuvieron el atrevimiento de exigir mejores condiciones de vida y a los que reprimió sin ninguna piedad. Piedad que sí tuvo para defender incondicionalmente a los guerrilleros colombianos que abusivamente habían invadido nuestro territorio, hasta el punto de darles tratamiento vip en el hospital de las FF. AA. Trato que la mayoría de los ecuatorianos ni siquiera sueñan tener.

Me parece que el mensaje es claro: “¡No se metan conmigo porque si no……… les va tabla!”. Lo increíble es que Llori trabajó con Alianza País, para llevar a Correa a donde hoy está. Así paga el aficionado a la comida belga a quienes en su momento lo ayudaron a encaramarse en el Poder. “El diablo paga mal a sus devotos”, dice un refrán popular, cuan cierto en el presente caso.

Tengo entendido que Llori ha sido sobreseída por el sistema judicial en los casos de peculado por los cuales estaba siendo enjuiciada. Los informes de auditoría de la Contraloría la liberan de cualquier responsabilidad. Todo esto demuestra que su permanencia en la cárcel se debe exclusivamente a los odios del misógino guasón.

Frente a este evidente caso de abuso de poder y flagrante violación de los derechos humanos, el Municipio de Quito, en una resolución que me sorprende, por lo justa, acaba de extenderle el habeas corpus. Lo que en una sociedad medianamente decente significaría la salida inmediata de la detenida injustamente, no sucede necesariamente en el País de la Manuelita. Pues sí, como estamos en el Ecuador, País acostumbrado a vivir en dictaduras, Llori continúa detenida disfrutando de las retaliaciones cobardes del Héroe de Dayuma.

La última noticia que conocí al respecto era la del abogado de Llori que habría recibido una comunicación de aquel señor que fue filmado negociando con especuladores de Deuda Externa en un céntrico hotel de la Capital. El susodicho funcionario del gobierno, famoso por su cinismo desvergonzado, le habría mencionado que: “estaban dispuestos a soltar a Llori, pero que se abstuviesen de armar alboroto”. ¡Qué tal!

Otro cosa que llama la atención es la presencia de Lourdes Tibán, supuestamente ofreciendo sus “buenos oficios” a favor de Llori. Recuerden que cuando Correa encarcelo a una persona porque se imagino que el tipo le vio feo, sorpresivamente apareció el actual ministro de Petróleos Chiriboga, e intervino en la “liberación” de esa persona.

A mí modo de ver la intromisión de Tibán es descaradamente inmoral y esconde intereses sucios. Demuestra el maquiavelismo miserable que los herederos de la partidocracia están dispuestos a usar para encubrir, mentir y engañar.

¿Qué sucederá con Llori?, lo desconozco. Hasta la publicación de estas palabras supongo que continuaba presa. Lo terrible en todo esto es que si los ecuatorianos no empezamos a decirle basta al amadísimo Líder y querido Camarada, los abusos del Tirano seguirán repitiéndose cada vez con más frecuencia y violencia.

Una manera contundente para poner en su sitio a la manga de zánganos actualmente enquistados en el poder es anular el voto en las próximas elecciones. La derrota del Sí sería el principio del fin de la partidocracia socialista y seudo comunista en el poder, además del comienzo de la “valiente” huida del Héroe de Dayuma.

sábado, 13 de septiembre de 2008

viernes, 12 de septiembre de 2008

Pancho Jaime, ¿periodista temerario o injuriador contumaz?





Recuerdo que la primera vez que tuve conocimiento de la existencia de Pancho Jaime, fue irónicamente, el día que lo asesinaron. La locutora del canal de televisión presentó la noticia refiriéndose a este individuo, como un personaje vinculado con el lado oscuro de Guayaquil.

Algunos años después, mi hermano, llegó a conseguir una de sus revistas. Pero, no fue sino, hasta hace algunos meses que finalmente pude tenerla entre mis manos.

La primera impresión que tuve fue de risa, al ver la portada que mostraba una imagen jocosamente irreverente de Pancho Jaime con la banda presidencial, haciendo un gesto considerado obsceno, con la mano.

Empecé a recorrer el contenido de la publicación impresa en papel barato. De inmediato, me llamó la atención el lenguaje vulgar en el que estaba escrito y que más de alguno podría considerar sórdido.

No voy a negar que, en principio, fue un tanto entretenido, considerando lo novedosamente rimbombante de la publicación, por lo menos para mí. Sin embargo, en la medida en que transcurría el tiempo conjuntamente con mi lectura, terminé aburriéndome, un tanto hastiado de las artes literarias redundantes y populacheras del escritor.

Discutiendo con mi hermano, ferviente defensor del lenguaje usado por Pancho Jaime, me llamó la atención uno de sus comentarios. Mientras Yo le mencionaba, el uso exagerado que hacía de vocablos propios de ambientes abyectos, Él, señalaba que tratándose de una revista política de denuncia contra la corrupción, era perfectamente justificable la utilización de estos calificativos, dada la condición inmoral de los politiqueros, que duramente eran censurados a todo lo largo de la publicación.

Era eso posible, acaso Pancho Jaime con su grandilocuencia vulgar, simplemente se atrevía a decir públicamente lo obvio y evidente, aquello que la gran mayoría piensa en su mente, pero que por miedo o vergüenza prefiere callar. Cuántas veces molestos por las infamias cometidas por los politiqueros y patrioteros corruptos, hemos explotado indignados con expresiones prosaicas que usualmente no emplearíamos.

Quizá en verdad, la impunidad, la injusticia y todos los vicios de la sociedad ecuatoriana, junto con sus principales actores y beneficiarios, realmente merezcan ser tratados con la expresividad pedestre de este hombre, considerando el ambiente infecto en el que se revuelcan todos los días.

¿Es ético, recurrir a expresiones diplomáticas para señalar las infamias del crimen y el vicio? ¿Es honesto, recurrir al eufemismo mojigato para manipular, encubrir o falsear la verdad? Pues a eso llegan muchos periodistas de honorarios dorados y reputación ampulosa.

A pesar de lo cansado que puede resultar el estilo de Pancho Jaime, debo reconocer, que muchas de sus conclusiones están respaldadas por una cruda realidad y es lamentable que, haciendo abstracción de sus excesos vulgares, no se analicen las verdades de fondo contenidas en su revista de papel barato.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Pasquines perversos a favor del Sí.

¡Cuánto miasma vierten estos miserables canallas!

¡Cómo se nota que son capaces de cualquier cosa con tal de continuar parasitando del Estado!

¡Tanto les ha gustado vivir del trabajo ajeno, que están dispuestos a recurrir a la manipulación más vil y perversa que las mentes grises morbosocialistas están en posibilidad de rumiar!

¡Miedo, amenazas, insultos, agresiones, demagogia, inflación, violencia! Alhaja ha sido el socialismo del siglo XXI. ¡Stalin ha de estar revolcándose en su tumba, feliz y satisfecho de que sus semillas han caído en terreno fértil!

¡El País ha venido perdiendo desde mucho tiempo atrás, al permitir que verdaderos delincuentes y farsantes se cuelen en el Poder!

¡Por qué no cogen los subsidios y se los meten por donde más satisfaga sus crecientes vicios, montón de vividores oportunistas!

¿Matrícula, uniformes, medicina, hospitales gratuitos, etc..?, ¡La infamia de estos patriotas de baja estofa, no conoce límites!

¡La plata de los subsidios no es de ustedes manga de sapos!

¡También podrían perder las jugosas contrataciones públicas a dedo y la posibilidad de seguir mamando a costa de los tontos útiles! O acaso, se les olvidó incluir en el sucio pasquín que andan distribuyendo, los actos de “caridad pública” a favor de los cómplices, alcahuetes y amigotes del Gobierno del MPD y la partidocracia socialista.

Para desgracia de ustedes hay un 10% de ciudadanos que no comemos cuento, y que anularemos con muchísimo gusto nuestro voto, rechazando a la sucia partidocracia y a las mafias beneficiarias de la obscena dictadura predominante ayer, hoy y mañana.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Opinión Pública Tercermundista e Inmoral.







Ciertamente todos estamos sujetos a la subjetividad de nuestras emociones, sentimientos, simpatías, aversiones y demás particularidades humanas que de alguna manera pueden nublar nuestra capacidad para emitir juicios de valor: equilibrados y veraces.

Inclusive en ocasiones las informaciones que recibimos, cuando son presentadas de manera tendenciosa, maliciosa o parcialmente manipuladas, pueden inducirnos al error respecto de una verdad o mentira a medias.

Pero, cuando las evidencias son contundentes, las verdades inobjetables y las certezas notorias, entonces, sería lógico entender que toda la ciudadanía y sus diferentes instituciones deberían pronunciarse dentro de la misma tendencia razonable, sensata y prudente. Deberían.

Sin embargo, eso en el Ecuador, País de enormes contrastes, no sucede. Sencillamente porque a la mayoría de los ecuatorianos le importa un comino lo que le ocurra a sus semejantes. Aunque debo reconocer que tal realidad parece ser una constante en todo el mundo, naturalmente con variados niveles de intensidad, dependiendo de la idiosincrasia de los diferentes pueblos.

Solamente cuando sus intereses son tocados, entonces sí claman, por la solidaridad social. Entonces sí, reconocen que vivimos bajo la tiranía de la estupidez y brutalidad de unos pocos. Si es que, tienen la sensatez e inteligencia de reconocerlo, pues en muchos casos, simplemente, se limitan a lanzar, ignorantemente, alaridos dirigidos a generar lástima en la sociedad.

Naturalmente las respuestas y los efectos que generan las acciones de unos pocos privilegiados, autocalificados de élites, independientemente de su razón o no, difieren de las realizadas por los muchos, considerados pueblo llano.

Como es lógico, frente a estos fenómenos sociales, se manifiesta la opinión pública, la oficial, la tradicional, la de clubes y bacanales, la de brindis y honores hipócritas, interpretando los sucesos en su muy particular manera, o mejor, interpretando nuestro sentir o indicándonos que debemos sentir.

Un ejemplo de esta manera bastarda e inmoral de tratar los asuntos públicos en casi todas las manifestaciones de comunicación pública existentes, la tenemos, en el tristemente célebre Caso Dayuma prácticamente olvidado.

Recordarán damas y caballeros, este lamentable y funesto “accidente” en el que un grupo de panaderos, campesinos y agricultores que “insolentemente” exigían mejores condiciones de vida, tropezaron con un grupo de GI. JOE criollos que habiendo recibido la orden de sofocar la temible subversión de los peligrosos trabajadores, no escatimaron en usar la fuerza y literalmente masacraron y vejaron a esa pobre gente. Posteriormente, los enjaularon en una sucia cárcel, de la que solo salieron después de demostrarse su inocencia. “Accidente” éste, desarrollado en el Gobierno del amadísimo Líder, estimado Camarada y distinguido Presidente Don Rafael Correa, Héroe de Dayuma.

En esa ocasión, si bien es cierto, algunos actores políticos protestaron al igual que varios ciudadanos, y ciertos medios noticiosos presentaron la verdad cruenta y grosera de un grupo de civiles desarmados siendo brutalmente agredidos; no menos cierto es que en términos generales, pocos fueron los agentes sociales que criticaron con la vehemencia del caso aquel acto de terrorismo de Estado. Inclusive muchos de los enredadores y serviles defensores del actual gobierno, disfrazados de analistas políticos, llegaron a justificar la infame paliza que recibieron aquellos ecuatorianos, a los que, en un acto adicional de infamia, el Héroe de Dayuma llegó a calificar de terroristas.






A pesar de que fue notoria la brutal agresión y demás peculiaridades redundantes de injusticia, la mayoría de la sociedad ecuatoriana permaneció indolente a la violación de los derechos humanos de aquellos ecuatorianos. No hubo acciones por parte de la Defensoría del Pueblo a favor de las víctimas. Ningún fiscal actuó de oficio en contra de los Ministros que ordenaron la salvaje agresión, a pesar de que ciertamente hubo un delito en contra de los derechos civiles de aquellas personas. Tampoco aparecieron los auto-etiquetados defensores de los derechos humanos, encarnizados enemigos de la violencia conservadora, pero alcahuetes y encubridores de los crímenes de la trastornada tendencia socialista y comunista.

Manipulan tramposa y vilmente la información siempre a favor de los intereses de sus amados titiriteros. Recurren al cinismo perverso y a la descalificación maliciosa para desvirtuar las opiniones sensatas y los argumentos veraces de las pocas personas valientes e inteligentes que se atreven a enfrentar las estupideces y brutalidades que se cometen a diario en todos los ámbitos de la sociedad y la naturaleza. Mienten, engañan, roban, trastornan, incurren en cualquier vicio por ofensivo y grosero que fuera, todo con tal de seguir atragantándose de las migajas que sus temiblemente adorables patrones les arrojan para seguir disfrutando de sus fornicarios adulos y sórdidos incondicionalismos.

Así es la opinión pública ecuatoriana, en términos generales: vacía, inmoral, carente de decencia, de honestidad y objetividad. Montones y montones de patriotas superfluos, ora lisonjeros y embusteros polutos, ora furibundos alcahuetes y viles calumniadores, dependiendo de la posición que se les ordene asumir. Siempre suciamente expeditos para defender los intereses rastreros de aquellos que fielmente desempeñan las tareas ignominiosas, propias de los más repugnantes y autoritarios tiranos.