lunes, 27 de octubre de 2008

La impunidad de Gustavo Noboa y el regreso de Abdalá Bucaram.

Aproximadamente en Enero del 2008, cabreado al enterarme que Rafael Correa promocionaba la impunidad del ex tiranuelo Gustavo Noboa, opté por dejar muy en claro mi absoluto rechazo al proyecto de amnistía inmoral que la manada de asambleístas de Alianza País finalmente terminó ofreciendo a todos quienes estuvieron vinculados en aquel magnicidio financiero. Para esas épocas todavía perdía el tiempo en el foro de radio La Luna, propiedad del amante maculado del sindicalismo pipón Paco Velasco. No recuerdo exactamente cuando pero, los chicos de la Luna, cansados de la libertad de expresión o más bien del libertinaje vergonzoso que ellos mismos incitaban con el relajo y desorganización que primaban en aquel foro, decidieron unilateralmente borrar todas las intervenciones de las diferentes personas que ahí participamos. Para ese momento no contaba con un blog propio donde descargar mis desvaríos y locuras. De manera que: ¡Amnistía para el orangután?, quedó registrado exclusivamente en la carpeta Mis documentos de la computadora, pero solamente hasta ahora:


¡Amnistía para el orangután? ¡Amnistía para el orangután?
El economista Bocotas se desgañita diciendo que todas las negociaciones vinculadas con la Deuda Externa han sido perjudiciales para el País. Inclusive nombra una comisión para supuestamente investigar el manejo de tales negociaciones fraudulentas. A pesar de este antecedente, el economista Bocotas tiene el descaro de solicitar a su manada de criados la amnistía para Gustavo Noboa, implicado precisamente en uno de estos tramposos convenios en los que se mueven centenas y miles de millones de dólares, centenas y miles de millones de dólares, ecuatorianos.

Este pobre miserable, se lleva la Asamblea a Montecristi, porque sabía que Quito, no iba a dejar pasar sus influjos nefastos, ni tampoco toleraría el servilismo cobarde de toda esa jorga de pipones incondicionales del economista Bocotas.

¡Qué bestialidad! Ya se olvidaron de la corrupción del gobierno del orangután descarado. Del orejudo Pillegi en Pacifictel, del brother Ricky en el Consejo de Modernización.
¡Amnistía para el orangután? ¡Ya basta pues!

En realidad no me debería sorprender, después de todo, son ratas de la misma alcantarilla. Con el perdón de la rata. Pero, lo que no entiendo es como puede haber gente que aún siga creyendo en el economista Bocotas.
¡Qué bárbaro!, que vendrá después, indulto para Alí baba y los cuarenta bucarames.
¡Qué bárbaro!




Qué cosas no. Para octubre del 2008, finalmente Noboa recibió su impunidad oficialmente conocida como amnistía y Bucaram volverá en un futuro no lejano amparado por la inmunidad que su condición de candidato a algún cargo de elección popular le brindará, posibilidad garantizada por la actual constitución aprobada mayoritariamente.
Hace algunos días escuché en un canal a Noboa con sus características vulgaridades, amenazar a Sicouret, personaje bucaramista de baja calaña, pero que ha sido uno de los pocos que se ha atrevido, por motivos lejanos a la moral, a denunciar a Noboa como el individuo descalificado que es. Noboa, durante la entrevista vociferó que demandaría a Sicouret, señalando que éste, tendría que responder ante los jueces por sus “calumnias”.
Este orangután chabacano como solo él, se delata solito. Concluyendo, de las palabras del ex Rector de la Católica de Guayaquil, por cierto: pobre Universidad, pobres estudiantes, pobres guambras guayacos. Concluyendo de las palabras del orangután, decía, cuando a él le demandan para que responda por su complicidad en uno de las más grandes latrocinios que ha sufrido el País, pues, “la acusación es temeraria, se trata de simple persecución política del ex dueño del País, es una venganza de los enemigos del Opus Dei, es una muestra de la corrupción del sistema judicial, etc.” Pero, cuando el señorito del verbo chocarrero es el acusador, ahí sí, el sistema judicial es perfectamente válido, ahí sí no hay problema de recurrir al sistema judicial corrupto del que tanto se quejaba antaño.
Por qué los gacetilleros de honorarios dorados no exigen una explicación al Gustavito por la mencionada contradicción, no lo sé, probablemente no cayeron en cuenta acerca de la misma, talvez los dueños de la farsa noticiosa se los prohibieron, lo desconozco, talvez están más preocupados por las noticias de la farándula rosa.
Lo único cierto es que los delitos de Gustavo Noboa han quedado en la impunidad y próximamente tendremos en el País la carpa de Abdalá y todo gracias a que: “el País ya es de todos.”

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