jueves, 23 de abril de 2009

¡¡ Cómo disponga Vuecelencia Tirana !!



En su obra “Las Catilinarias”, página 140, Montalvo narra una historia que parece más bien un cuento burlesco dirigido contra el asqueroso servilismo. Lo hace de esta manera:


“Cuentan por ahí que el Rey Luis XIV dijo una vez por equivocación en masculino un nombre en género femenino: habiendo caído en cuenta de su error, el augusto monarca se encendió en vergüenza, de suerte que las orejas parecían ascuas vivas. ¿Qué hicieron sus cortesanos?, salieron algunos de los camastrones, y a la vuelta de seis horas andaban circulando por la ciudad de París magníficos artículos con firmas ilustres, en los cuales aquel vocablo hembra se había convertido en macho, no siquiera de la noche a la mañana, sino así, del mediodía a la noche. Desde entonces quedó variado el género de ese sustantivo………..”




Cuántas veces hemos escuchado y visto a los cortesanos y cortesanas de los emperadorcillos de turno, en su faceta trapera de Presidentes de este pequeño País, justificar torpe y cínicamente los grotescos exabruptos de sus amados Líderes. “¡Jamás!”, los muy imbéciles y amados tiranillos se equivocan, ¡jamás!, según sus alcahuetes y concubinas. Nunca cometen ni siquiera un ligero desliz. Sus monumentales y trascendidas ventosidades, de acuerdo con las fosas nasales de sus sórdidos criadillos huelen a perfume de rosas. Son prácticamente perfectos; perfectos en su autoritarismo, en sus magros vicios, en su desvergüenza. ¡No!, ellos nunca se equivocan; son los simples mortales los que no entienden las profundas y desinteresadas intenciones de los serafines de apetitos ampulosos; son los efímeros humanos los que malinterpretan las redundantes dotes artísticas e intelectuales de “Vuecelencia”.

Cuántas veces Montalvo tuvo que salir rumbo al ostracismo, so pena de quedarse en estas tierras olvidadas y terminar sus fustigados días en las crueles manos de los santos conservadores o sufrir las aciagas venganzas de los liberales curuchupas. Cuántas veces amenazado simplemente por decir la verdad. Cuántas veces infamemente afrentado por decir aquellas realidades incómodas, pero cabalmente evidentes y públicas. Cuántas veces insultado ferozmente por los testaferros de aquellos tiranos, a los que valientemente enfrentaba con la pulcritud de sus talentos como escritor.

Leyendo a Montalvo, uno se percata que el mismo oscurantismo moral que primaba en aquellas épocas, se mantiene en la actualidad; los mismos actos bochornosos de Ignacho de la Cuchilla son repetidos por el coronel Lucio del Nepotismo; la prepotencia grotesca del Santo del Patíbulo ha sido actualmente reemplazada por el autoritarismo patriotero del Héroe de Dayuma. La misma inmoralidad que azotaba aquellas épocas la sociedad ecuatoriana se la puede observar fehacientemente, solo que, más tecnificada, especializada e internacionalizada; pero, igualmente repugnante e idéntica a su similar de antaño. ¡Todo, todo ha cambiado!, y sin embargo, ¡no ha cambiado nada!

Pero, cuidado, ya no está de moda ser cucurucho conservador, hay que emigrar a otras latitudes politiqueras, para continuar medrando viralmente del Tesoro Nacional. Ahora ser curuchupa socialcristiano, o demócrata católico, si no pecado, puede resultar muy embarazoso; “agora Vuecelencia disfrácese de cuero de Ventimolla, quizá tan, Vuecelencia se confunda con hereje liberal”

Ninguno de los escribidores y testaferros del rancio curuchupismo se atreve a criticar a Montalvo en público; es más, muchos disque chapetones, sobre todo aquellos que se disfrazan de gallegos y durante las fiestas de la Capital acuden jactanciosamente al camal de Iñaquito a disfrutar del "arte" del sadismo, se etiquetan redundantemente de liberales y admiradores del otrora "zambo negro". Toda la partidocracia corrupta rinde “homenajes” y serviles adulos a su memoria. Sí, la partidocracia toda, ¡toda!; a pesar de que, Montalvo manda al carajo en sus escritos, con notoria expresividad, a los repugnantes ancestros de la actual partidocracia; y que conste que, si las estupendas sátiras y justicieras calificaciones mostraban en toda su plenitud las miserias de aquellos patriotas hijos de mala madre de finales del siglo XIX; es obvio que señalarán con igual efectividad las pérfidas conductas de los bolonios padrastros de la Patria de comienzos del siglo XXI.

Cuántos santurrones tragahostias y cuántos curas sin sotana, disfrazados de liberales adorarán en público a Montalvo; pero, en secreto en sus clubes “elitistas”, en sus casinos of bankers, maldecirán y llorarán inconsolablemente por los justos calificativos que ése, “¡insolente zambo negro!”, profería en contra de sus añorados tatarabuelos y bisabuelos, siniestros espectros gracias a cuyos crímenes y felonías, los caciques aterciopelados heredaron la mamarrachada de sistema que patrióticamente predomina en el país; sistema, en el que ellos, son los “grandes señores”. Sin duda, la crema y nata putrefacta del país de los García Moreno, los Urbina, los Plaza, los Velasco Ibarra, los Bucaram, los Borja, los Duran Ballén, los Nebot, los Mahauad….…………., país de los Correa y sus patiños.

Jocoso pero grosero al mismo tiempo, verle al mudo Correa, etiquetándose, él mismo, de camarada guevariano y socialista, y casi enseguida vociferar sus “virtudes” como enfermizo seguidor de Alfaro, caudillo del liberalismo primigenio de finales del siglo XIX y principios del XX. Grotesco, el Avarito Noboa, echando espumarajos por la trompa, mientras desaforado grita las bondades de sus monopolios codiciosos y hambriento filibusterismo mercantilista, torpemente confundiéndolas, a propósito, de manera ruin, con la noble Doctrina Liberal. Que irritante y de mal gusto verle al ex cachorro de Febres Cordero, aquel, que después traicionó a su padrino, cuya protección y mandato, le permitió ser alcalde de Guayaquil, renunciar al socialcristianismo que lo cobijó y alcahueteó; describiéndose, él mismo, con carencia absoluta de sana humanidad , ¡él mismo!, inescrupulosamente, como liberal.

¡Ah Montalvo!, ¡cuán válidas son tus “insolencias”!, ¡qué acertadas tus “injurias” en contra de los sacrificados patriotas de la inmoral componenda!; ¡aquí, ahora!, en tu País, en el País de ese pequeño contingente honorable de “locos y tontos” que adoran la Verdad, la Libertad y la Justicia; ¡aquí y ahora!, tristemente, en el país de las manuelas y los patiños o de los Nebot y los Correa.

5 comentarios:

nelsonesteban76 dijo...

Saulo,

Sin Comentarios, lo has dicho tal cual.....

Excelente

Juan Montalvo dijo...

Amigo Saulo,
Disculpa el imperdonable olvido, el oprobioso desplante, la inexcusable excusa de no haber encontrado el tiempo justo para la necesaria y siempre edificante visita a tu blog. Ruego sepas aceptar mi apología sincera al igual que mi eterna gratitud por la difusión de la obra de Juan María Montalvo Fiallos de quien, como sabes, soy devoto admirador.
Sin duda Montalvo enrojecería de ira si presenciara las actitudes y los comportamientos de los Revolucionarios de hoy, fieles mascotas de la partidocracia de ayer, arrogantes apestosas y ruidosas faltulencias, abortos de la indigestión incontenida del mercantilismo de siempre. El mismo Edipo, con los ojos en sus manos sentiría vergüenza de tan funestos malnacidos, ácaros parasitarios de una República que lamenta llamarlos hijos. Salve, Montalvo: inclino respetuoso mi cabeza y te saludo como el más grande pensador que ha parido esta tierra bendita que llamamos Ecuador.

Saulo Ariel dijo...

Juan.

Que pasa Juan. Disculparte por qué, para nada, de lo contrario debería hacer lo mismo, pues, también por cuestiones de tiempo tampoco habia podido visitar tu blog.
Pues sí, ciertamente tus afectos para Juan Montalvo son muy expresivos.
Pero algo que no entiendo y discúlpame que lo mencione,aunque después de todo estamos entre amigos, miré por ahí tus intenciones de voto en las anteriores elecciones.
Como te decía no entiendo cómo si compartes con una honrosa minoria de ecuatorianos el mismo desprecio por la clase politicastra, terminaste votando por algunos de los más inmorales y asquerosos representantes de esa cloaca partidocrática.
Aunque reconozco tu derecho a votar por quien tu lo decidas, al final es asunto tuyo.
Cuando tenga tiempo me daré una vuelta por Ecuador sin Censura.
Un gusto Juan.

Juan Montalvo dijo...

Amigo Saulo,
Reconozco que evalué invalidar todas las papeletas, pero sería injusto con la administración municipal que nos ha dado agua, servicios y sobre todo, dignidad a los que vivimos en la Perla. Mis votos por asambleístas nacionales estuvieron tan alejados de la partidocracia (concertación nacional+Balda) que, como luego se demostró, a duras penas alcanzarán para un curul, si llega (no estaba equivocado) y en lo que respecta a los provinciales votar por aquellos quines creo que mejor van a defender la provincia creo que es un acto de coherencia. Cynthia no es tan mala como algunos la quieren pintar, créeme.

En el fondo soy bastante flexible y condescendiente con las personas: a todos les concedo el beneficio de la duda y a casi todos una segunda oportunidad (terceras ya son menos frecuentes).

En las opciones por la Presidencia, eso si, no había modo. Me quisieron tentar con un voto pro Lucio, pero, ni por esas ñaño.

Anónimo dijo...

Excelente comentario.