miércoles, 11 de noviembre de 2009

La Libertad de Expresión es a tiempo completo, no un hobby.

Hace algo más de un mes había decidido poner fin a mis aventuras en esta cueva. Una serie de razones que en aquel momento me parecieron incuestionables, me empujaban a tomar esa decisión. De manera que un día sin más ni más decidí que el último post publicado sería el último. Como se habrá dado cuenta amable lector, he decidido dejar de lado aquel voluntario ostracismo.

Qué me impulsó a retomar la posibilidad de continuar aullándole a la Luna; qué fuerzas me motivaron a volver a dejar mi impronta herética en estos laberintos que tanto atemorizan a la burda plebe; varias razones; entre las más importantes, el profundo amor que tengo por la Libertad; pero adicionalmente, estos últimos días una pequeña e impertinente espina ha estado punzando con intensa afectuosidad mi conciencia; en mi fuero íntimo, el personaje virtual que desarrollé a través del nombre “Saulo Ariel”, me miraba, en silencio, compasivo, pero triste; consciente de mis infortunios, pero, inconforme por una decisión que le había sido inconsulta y que le afectaba radicalmente. Y Yo, inconsciente de la decisión injusta que había tomado, volví mi rostro hacía aquel personaje que ha significado muchísimo para mí y recordé que aquel ser virtual me permitió acceder a sublimes momentos de Libertad; y rectifiqué. Por qué los seres humanos tenemos la opción de redimirnos con nosotros mismos. No tengo el derecho de silenciar a “Saulo Ariel”; pero por qué habría de hacerlo, si gracias a él, descubrí una de mis pasiones, la conjunción de la Literatura y la Libertad. Un ligero momento de locura intemperante, me hizo incurrir en este efímero lapsus; un momentáneo e ignorante enojo, fruto de una injusta y exagerada atención a las estupideces de este mundo social, hizo que actuara contra mí mismo, renunciando al derecho de decir lo que tengo que decir.

Algunas semanas atrás, había decidido que desde enero del próximo año comenzaría a escribir con mis verdaderos nombres y apellidos; y de hecho así lo haré; pero, aquellos planes, inocentemente me sirvieron de excusa para acallar la voz de “Saulo Ariel”. Sin duda un error, porque yo soy Saulo Ariel. Ingenuo de mí, intentando acallar la voz de mi conciencia; grandiosa cordura, madre honestidad, que me mostraron la senda correcta; porque mis desvaríos en este blog son los mismos que comparto con mi entorno de confianza; porque Yo soy Saulo Ariel.

El ejercicio de la Libertad no es un hobby, ni tampoco un pasatiempo, es la vida misma. ¡Cómo entonces, renunciar a ser, como negarse a sí mismo! Imposible.


He de protestar contra mi ingenuidad e ignorancia; son alrededor de tres años que empecé a deambular por los caminos variopintos del Internet. Consciente del desinterés de la sociedad ibarreña en cuanto a discutir temas trascendentales, imaginé que en Internet los niveles de discusión serían altamente elevados e inteligentes, por lo menos en la gran mayoría de participantes. Que equivocado estaba. Lo cierto es que los mismos vicios que se observan en la sociedad son perfectamente visibles en la mayoría de personajes que pululan por las calles de este mundo virtual. La norma general muestra a personajes plagados de: odio, parcialidad, prejuicio, desvergüenza, cinismo bastardo, criminalidad verbal, vulgaridad y estolidez plebeya. Manadas de pelmazos interesados exclusivamente en derramar sus verborreas en los culebrones baratos de los famosos y famosas; de los admirados putos y putas del “jet set” nacional e internacional; imbéciles alabando las mañoserías de las élites oportunistas que los miran con grosera soberbia; incautos criticando a rabiar a los tiranuelos del socialismo del siglo XXI, pero tontamente encubriendo o alabando los "milagros" de los politicastros criminales del folklórico conservadurismo; estúpidos recordándonos a cada momento los crímenes del terrorismo de Estado perpetrado por los curuchupas, pero, exaltando o defendiendo descaradamente el terrorismo de los asesinos de ideología bolchevique. Yo, he sido testigo de las mentiras descaradas y las patrióticas verdades a medias de curuchupas conservadores y cucuruchos socialistas. Yo mismo he recibido ataques contra mi libertad en varias oportunidades, chistosamente de ambos bandos, cachineras y soldadesca, correístas y anticorreístas, que al gritó unísono de, “censúrenlo”, ejecutaron aquella infamia; y me refiero específicamente a las lacras de una cloaca que se hacía llamar “Nuevo foro Democrático”; aunque también fui censurado en Radio La Luna, El Comercio, CRE, y alguno que otro foro "famoso". Por eso mi blog no es popular. Por eso Saulo Ariel es visto con recelo por la mayoría que llega a cruzarse con él. Esa es la realidad de la mayoría de los blogs y foros de internet. Afortunadamente, como en toda norma general, existen las respetables y agradables excepciones; contadas por cierto, pero visibles por su decencia e inteligencia; me complace dar fe de aquello.

Ciertamente esta realidad un tanto decepcionante, incentivó mi inicial decisión de retirarme de la odisea bloggera. Pero, entonces, algunos días después de tomada la decisión, la cuestioné, en la forma de una pregunta; dilema que en alguna ocasión, Yo mismo, se la había planteado a un chifladito que tiene una bitácora, personaje, que en aquellos tiempos, quejábase inconsoladamente, porque sus gemidos ridículos eran ignorados por sus seguidores: "¿para qué escribes?", le dije.....Y, ese mismo dilema válido, me fue planteado por mi conciencia. ¿Para qué escribo? Esa era la cuestión. ¿Por qué escribe Saulo Ariel? ¡Por qué escribo en las paredes de esta cueva! Talvez para ser popular y tener un millón de seguidores. Quizá para resultar simpático a mil y un desconocidos, cuyas verdaderas intenciones desconozco. Acaso, redacto mis opiniones tramposa y parcialmente, para manipular a la tonta e indigna muchedumbre que quiere escuchar adulos y mentiras lisonjeras. ¡Porque puedo hacerlo! Pero, entonces no sería Yo, ni sería Saulo. No, no escribo para caerle bien al bobo que es feliz alabando a su adorado tirano, mientras ataca estúpidamente a quien se limita a decir la verdad. No, tampoco escribo para buscar novia por internet, prefiero jugar a la antigüita, asumiendo los riesgos del “rechazo” que al final puede terminar siendo un éxito, al librarte de una posible arpía. No, la verdad es que escribo por mí, porque tengo algo que decir, porque siempre hay algo que decir, porque decir la verdad en sistemas corrompidos es un acto de virtuosa rebelión, porque la Rebelión Civil es un Derecho Universal, porque creo en el derecho a rebelarnos contra la estupidez y la injusticia. Sí, escribo por mí y por el respeto que tengo por la Libertad.

Lo cierto es que decir la verdad no te hace popular; pero, qué es la popularidad, nada más que la estúpida admiración de una manada de gaznápiros cretinos ansiosos de esconder sus miserias en la uniformidad de la casi indescifrable manada, en favor de aquellos, casi siempre, despreciables titiriteros, que los explotan o manipulan. No, no me interesa ser popular. El respeto de aquellas pocas personas que realmente me conocen y el sincero afecto de aquellos, pocos cibernautas valientes que generosamente expresaron sus opiniones de manera libre, inteligente y honesta, son las manifestaciones que realmente valoro; lo demás no me interesa.

Quiero agradecer a los amigos que expresaron su amable consideración por el titular de la Cueva de Saulo; aprecio aquello; como les mencioné en mi pasajera despedida, solo se trataba de un capítulo más, una casi hibernación “forzada” que culmina hoy. Un gusto volver al ejercicio ubérrimo de la justiciera libertad de expresión.

5 comentarios:

Juan Montalvo dijo...

Celebro el regreso de la voz que reverbera en la guarida del lobo. Todos pasamos por momentos de debilidad, nadie tiene derecho a juzgarte por ellos.

La lucha por la libertad es una tarea ingrata.

Más sencillo sería plegarse a la tiranía e intentar vivir en el confort de la servidumbre a la sombra del poder. La iglesia ha sido ejemplo de estos acomodos en muchas etapas de su historia, los intelectuales han convertido el arrastre y el lamboneo en el magisterio de la vileza, muchos empresarios lo persiguen con ahínco por encima del esfuerzo debido en la solución a las necesidades los deseos de sus potenciales clientes, y los arribistas de siempre lo han incorporado a su ADN particular.
Por eso el retorno de Saulo a su guarida/megáfono se celebra por mis latitudes.

Seguiré discrepando desde la libertad de mi voz virtual con todo lo que me desagrade, pero siempre desde la admiración del reconocimiento que merece tu esfuerzo por compartir tu talento y tu defensa de la libertad.

Gracias por no callarte.

Saulo Ariel dijo...

Y Yo, he de reconocer y felicitar la ausencia de censura en Ecuador sin Censura.

Professor Hoax dijo...

Pues yo si te leo, no he comentado mucho pero si te leo.

Hermann dijo...

Felicito tu regreso Saulo. L a libertade de expresion no debe depender de las opiones delos demas. saludos.

Anónimo dijo...

Coraje: Valentía, valor, fortaleza a pesar de los riesgos, de las dudas y del mismisimo miedo -- Actuar de acuerdo a nuestros principios ante la presencia de la adversidad, el peligro, la critica destructiva. No siempre lo logramos, dudamos, resbalamos, caemos, nos levantamos, el asunto es continuar...

Adelante mi estimado Saulo, los "diferentes"...Ya no somos pocos.

F.R.

Saludos