domingo, 7 de marzo de 2010

George Orwell y su "Rebelión en la Granja".


Dicen que una imagen habla por mil palabras, es probable, sin embargo, es a través de las palabras que, generalmente, somos capaces de comentar a los demás lo que realmente sentimos, o lo que aisladamente de la verdad, conviene a nuestros mezquinos intereses.

Así como una simple imagen puede decirnos mucho, así también un párrafo conciso, expresivo, y justiciero puede derivar en multitud de ideas, unas más profundas que otras. Un cuento, una metáfora moral, sucinto, ausente de palabrería vana, pero repleto de verdades expresadas en simbologías inteligentes, tiene un valor infinitamente superior a cientos de tomos y tomos redundantes de incontinentes verborreas inanes, pretenciosas y mentirosas.

En más de una oportunidad he escuchado con suspicacia, las autoalabanzas de uno y mil escribidores jactándose de su “creación literaria”; 20, 30, 40, y más libros, todos, desde el primero hasta el último, fieles evidencias de las condiciones engañosas, rastreras y vulgares de aquellos “cervantes” adocenados. Más de una vez he visto a farsantes, serviles de los dueños de esta farsa inmoral, ser adulados ignorante y descaradamente por los sumisos admiradores de sus mediocres pero certeras falacias. Bosques inmensos se talan para que, en ese futuro papel se impriman las verdades a medias, con las cuales los hermanastros conservadores o socialistas, indistintamente, engordarán a sus enormes manadas gregarias con las percepciones escatológicas que tanto disfrutan rumiando, unos y otros. Bacanales vergonzosos, que se repiten de manera permanente; mientras, en algún escaparate viejo y apolillado, un pequeño ejemplar de conocimiento y sabiduría, bañado por años y años de polvoriento olvido, duerme a la espera de ser despertado por la curiosidad de un hombre o mujer, diferentes.

Qué es preferible, escribir tontamente decenas y decenas de ampulosos mamotretos patrioteros, que se constituirán en los epitafios de miles, sino millones, de ignorantes víctimas; o simplemente, redactar con liberalidad y moderación, siempre aconsejado por las musas de la justicia, la verdad y la templanza, una inteligente parábola. Eric Arthur Blair, más conocido por su seudónimo público de George Orwell, conocía perfectamente la respuesta.

“Rebelión en la Granja”, en mi opinión es la mejor obra de Orwell, un cuento metafórico, corto pero conciso, literal pero simbólico, polémico pero justiciero. Un trabajo literario que demuestra la relación que existe entre un verdadero escritor con el prolífico sendero de la calidad; diametralmente opuesto al zafio escribidor y su compromiso servil con la enorme alcantarilla de la turbia y aburrida cantidad.

2 comentarios:

Juan Montalvo dijo...

Excelente la breve adaptacion ecuarianizante...

RELG es un relato revelador muy bien caracterizado con inquietantes similitudes con la realidad que vivimos en el Ecuador de hoy. Deberia ser de lectura obligada en las escuelas del Milenio, pero me temo que no debe estar ni tan siquiera en el listado de la biblioteca del centro.

Saulo Ariel dijo...

".... con la realidad que vivimos en el Ecuador de hoy.."

En el Ecuador de ayer, hoy y mañana, me atrevería a decir, Juan. Futuro trágicamente desesperanzador debido a las fatuas condiciones del ecuatoriano común y corriente que sigue creyendo en sus tiranuelos favoritos.
Inexorable escenario apocalíptico, reversible quizá, si se produce un milagro; y los ecuatorianos empezamos a redimirnos, comenzando por rechazar a esas viles "ratas" con careta de patriotas....(con el perdón de la rata por la comparación).