jueves, 25 de febrero de 2010

Control Social y monopolización mafiosa.

Es increíble y jocoso como, a veces, más de las recomendadas, pasamos por alto ciertas evidencias que se encuentran directamente ante nosotros. Sin embargo, como si nuestro subconsciente no tolerase más semejante indiferencia, de repente, en ocasiones bruscamente, una idea se presenta en nuestra mente y nos damos cuenta entonces sí de aquel “descubrimiento”. Eso me pasó hace algunos días con cierta expresión que se encontraba incluida en el título de aquella función o ente, creado por la Constitución Correana, me refiero al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, y más específicamente a la expresión: “Control Social”.

Cuando uno revisa la expresión “Control Social”, aisladamente del complemento inicial "Participación Ciudadana", enseguida se viene al pensamiento la idea de control a la sociedad, dominio y regulación sobre los civiles, vigilancia e inspección a los ciudadanos. Al respecto, uno enseguida se pregunta, cómo dejamos pasar esto. Nos estaban diciendo: “los vamos a controlar en sus vidas, en sus decisiones, y lo haremos con su autorización”. Los casi todopoderosos editorialistas, dueños de la Opinión Pública tradicional, poco o nada lograron con sus rabietas anticorreístas para frenar este atropello, quizá porque en el fondo estaban de acuerdo por el beneficio futuro que les traería a sus respectivos patrones. En verdad que causa estupor el hecho que hayamos dejado pasar esta aberración dictatorial. Paradójicamente, ahí están, los protagonistas de este sainete tragicómico peleándose por la repartición de los puestos en la autoritaria institución del “Control Social”, cuando lo lógico y sensato sería luchar por la eliminación de ese ente espurio, esclavizador, totalitario y monopolizador.

Ciertamente había indicios que mostraban un inmoral desenlace, entre otros: el servilismo de las autoridades electorales, incondicionales a Rafael Correa y sus viles aliados; los ridículos requisitos para participar en el concurso; la famosa “meritocracia” y los “valores” de los distinguidos patriotas que serían puntuables, la imposibilidad de que personas decentes pueden participar con un mínimo de posibilidades y garantías. Indicios y pruebas que apuntaban a una futura realidad que finalmente vemos se ha consumado. Pero, otra vez, he de reconocerlo, no me había percatado de las repercusiones y connotaciones de la expresión: “Control Social”. Con razón los admiradores de las dictaduras totalitarias la incluyeron en la Constitución Correana.


Los serviles sátrapas de la Involución Ciudadana dirán que se trata de “empoderar a los ciudadanos”, seguramente vociferen que se trata de “democratizar las instituciones”, graznarán que “se trata que los ciudadanos controlen al Estado”, mascullarán que a través del control social “los ciudadanos gobernarán las instituciones estatales”. Pero las evidencias demuestran todo lo contrario; las pruebas apuntan a un control de la sociedad por parte de las mafias politicastras de turno en el poder; tal como sucede actualmente, pero sacramentada por una ley constitucional sórdida, similar a la condición moral de los patriotas de la partidocracia.


Socialcristianos, gutierristas, democatólicos, nebotcistas, curuchupas, socialdemócratas, noboístas, y demás sectas de la partidocracia opositora, han dejado claro que no están de acuerdo en la repartición del botín; pero, ciertamente coinciden en el asalto en contra de los derechos y libertades de los ciudadanos. Todas las quejas se limitan a un mal reparto del botín.


“Guerra avisada no mata gente”, dice un aforismo popular; ¡mentira!, dicho falaz. Desde la tristemente célebre asamblea de Montecristi, ya se veía venir el proyecto monopolizador, burocrático y antiliberal, y para nada se lo rechazó. Lamentablemente, la gran mayoría de ecuatorianos votó por la demagogia y no por el contenido de la constitución, ahora estamos sufriendo esas consecuencias. Las cosas ya están hechas, y no queda si no esperar la nominación de los futuros: Contralor, Procurador Y Fiscal General; con la certeza que serán los mismos hijos bastardos de la sucia componenda mafiosa que seguramente realizarán de manera efectiva su infame tarea de Control Social. Salvo que el pueblo finalmente diga: ¡Basta!

2 comentarios:

Hermann dijo...

Lo mejor sería que EL PUEBLO elija n votacion :

- CONTRALOR GENERAL.
- FISCAL GENERAL.
- PROCURADOR GENERAL.

Asi por lo menos nosotros seraimos responsabls delas cagadas que harian estos desgrciados.

Saludos.

Anónimo dijo...

Creo que en EEUU los gringos eligen fiscal por votacion popular directa ????