martes, 23 de febrero de 2010

Mitos, mentiras y verdades.


Desde hace tiempo en un canal de televisión ecuatoriano, se viene transmitiendo un programa que supuestamente se dedica a desenmascarar las mentiras tradicionales que abundan en la sociedad hipócrita y las embusteras supersticiones que esclavizan al populacho; por lo menos así lo presenta la ampulosa publicidad que lo promociona. Cualquiera esperaría que dicho trabajo se base en investigaciones realizadas por los propios “intelectuales” dueños del programa, por lo menos en un buen porcentaje, pero lo cierto, es que los “celosos profesionales” se limitan a copiar las investigaciones y los documentales de otros investigadores, y luego de una mediocre edición que generalmente se limita a borrar el audio original y colocar el sustituto, se lo presenta virtualmente como propio.

Ciencia evidentemente falsa y mitificaciones de otros lares, así como supercherías populares son presentadas “desnudamente”, concurrentes con los comentarios cansinos, de los pintorescos y repetitivos locutores “dueños de la verdad”. Sin embargo, estos caballeros y damas que dicen desentrañar las “verdades más ocultas e insondables”, sospechosamente miran para otro lado cuando de mostrar en su verdadera faceta a ciertos mitos ecuatorianos que debería ser ciertamente destrozados con la maquinaría bélica de la evidencia, la honestidad y objetividad.

Uno no entiende por ejemplo como demagogos de la categoría de un José María Velasco Ibarra, sean aclamados estúpidamente por las masas curuchupas ecuatorianas; tampoco se puede entender como políticos comunes y corrientes, en el ámbito de las componendas politiqueras inmorales, como Jaime Roldós por ejemplo, sean considerados por la gran mayoría de ecuatorianos como referentes del Político Honesto, concepto ciertamente utópico en sociedades como la ecuatoriana. Pero si solo es cuestión de recurrir a los mediocres periódicos y demás revistas medianamente inquisitivas de la época, para constatar que dichos patriotas, no robaban pero dejaban robar a sus alcahuetes y aduladores, algunos; mientras otros con su verbo ampuloso y gargajoso engañaban a la gente y le vendían el cuento de su falsa honestidad, siempre, a precio de oro, que luego se depositaba en las asquerosamente famosas cuentas en el exterior. Solo es cuestión de investigar las publicaciones de la época. Claro que denunciar esas verdades incómodas, no te hacen famoso en una sociedad que convive escandalosamente con sus heroínas y héroes de oropel; ni tampoco te permite llevar una vida de burgués a costa del periodismo “investigativo”. Talvez por esa razón los dueños de los mitos y sus verdades, prefieren hacerse los tontos, cosa que la hacen eficientemente pues no necesitan actuar, y de manera descarada le dan la espalda a las verdades de la realidad nacional, y se van más bien a redescubrir los orígenes de la aparente inmortalidad del cangrejo.

Muchos dicen que el mito “agrandecedor” de las figuras patrióticas de antaño vale muchísimo más que la verdad histórica; dichos patriotas defienden con garras y colmillos aquel sofisma, señalando que tiene mucha “validancia”. Claro que se abstienen de mencionar que si adoptan tales actitudes y conductas, es debido a que gracias a tales patriotas de buche y pico, y dichas mentiras, pueden engordar grasientamente en la más vegetativa de las burguesías. Aunque no hay que descartar que haya por ahí algún zoquete de esos que todavía creen que Abdón Calderón mataba españoles con sus explosivos y tronadores flatos; o que Manuelita Saénz, fue la "Matahari" sin la cual los americanos jamás nos habríamos liberado de la incestuosa Corona Española. Vil patrioterismo dirigido a manipular a la torpe y crédula masa populachera.


Pues bien, los patrioteros de antaño no son los únicos que se benefician de estos mitos y esas falsas leyendas; también, aquellos “prohombres”, especializados en determinadas disciplinas, algunas poco elegantes, por no decir delincuenciales, y que llegaron a desarrollar un enorme poder económico y reputación social, han sido elevados a la categoría de “caballeros intachables”: ahí tenemos por ejemplo el mito de Luis Noboa Naranjo, un don nadie que a costa de arribismo, astucia, oportunismo, codicia, ambición, manipulación, etc., llegó a construir un imperio económico; el ideal de todo empresario corrupto. Y qué decir de don “Ossie” Guayasamín, motivo principal de este post; un tipo que gustaba de maltratar a su esposa, pues fiel a sus orígenes, el ancestro de los progres y feministas del siglo XXI, desarrollaba con sadismo el imperativo folklórico: “¡más que mate tan, mujer es!

Muestra del oscurantismo en que se vive en este País es el caso de Oswaldo Guayasamín. Cuestiono, ¿cómo es posible que un tipo que decía denunciar y protestar contra la violencia brutal contra el indefenso; en la casa, con su mujer, luego de pintar sus descarnados cuadros, se especializaba en la patriota tarea de masacrar a su esposa? Como que se configura innegablemente la figura de la hipocresía, ora en el arte de este individuo, ora en él mismo, ora en ambos. Quizá el “maestro” necesitaba captar de primera mano las brutalidades y horrores de las golpizas. Quizá el genio buscaba identificarse con el sadismo cobarde y criminal para luego reflejarlo en sus “magnas” obras. O quizá solo era un bruto salvaje saturado de prejuicios y amarguras, incapaz de superar sus traumas, y que descargaba su furia alcoholizada contra aquello que dependía de él, y se encontraba inerme frente a su barbarie.

A pesar de todo aquello, nadie, ningún medio, de esos que se jactan de ser “libres e independientes”, jocosamente, dominados por conservadores o socialistas, aspecto muy descriptivo, se atreve a desmitificar a este hombre común y corriente que salió de la pobreza gracias a su relativo talento con la brocha y la estulta vanidad de los engreídos ricachones, pues que hombre honesto al que le cuesta el dinero, podría darse el lujo de pagar miles y cintos de miles de dólares por un cuadro que dramatiza una realidad que la vemos a diario en esta hoguera de pasiones insensibles, inmundas y sicalípticas que llamamos vida social.

Todos los días nos topamos con estos mercachifles que adoran y adulan sus “mitos y verdades”; circo barato, show indigente para pasar el tiempo censurando las banalidades y vulgaridades inanes de este puto mundo, en tanto las grandes mentiras y las descomunales falacias se dejan hacer y se dejan pasar, ora por curuchupas chapetones, ora por la progresía feminista, siempre anhelantes que sus verdades y sus status mafiosos perduren en el tiempo.

Lisa Simpson y el mito patriotero de Jebediah Springfield.

10 comentarios:

Professor Hoax dijo...

Saulo, excelente, por decir lo menos de tu post. Siempre he luchado, y hasta he tenido conatos de incidentes, cuando se discuten leyendas que la gente toma como verdades absolutas. Lo de Abdón Calderón y otras cosas mas, que ahora se dan como artículo de fé, incluso llegaron "ciertos personajes" a tratar de enjuiciar a quien propuso una revisión histórica, aún cuando existe su certificado de defunción, posterior en varias semanas a la Batalla del Pichincha, nadie niega que talvez haya participado, pero de ahí a las balas, la bandera en los dientes y toda la parafernalia patriotera hay mucho camino. Lo indicado está en las "Leyendas del Tiempo Heroico" de Manuel J. Calle, que como su nombre indica son leyendas.
Lo de Manuela, dejémoslo así, eso es otro mito, como los tales mitos que "desentrañan" en ese progra, que dejé de ver hacer mucho, mucho tiempo, por lo que tu dices, es un refrito de otras investigaciones, para tal cosa es preferible Los Cazadores de Mitos. La libertadora del libertador, bah, como dice en Pantaleón y las Visitadoras, "llamar heroína a una puta".
Y lo de Guayasamín, los mitos sobre él los creó el mismo, sobre todo lo de su nombre, para poder ganar mas, y su supuesto indigenismo es solamente una pátina comercial. Hace ya muchos años el Dr. Blasco Peñaherrera Padilla publicó en El Comercio un artículo titulado Los Pondos Negros, ojalá lo pueda localizar para transcribírtelo, esa es la verdad sobre Guayasamín.

Saulo Ariel dijo...

"...publicó en El Comercio un artículo titulado Los Pondos Negros, ojalá lo pueda localizar para transcribírtelo, esa es la verdad sobre Guayasamín."

Ojalá, estimado Professor Hoax.

Raffico Correa dijo...

Cuan cierto su comentario Saul, el Indio Guayasamin, mal ejemplo del pro-hombre ecuatoriano, destacado pugil con contrincantes femeninos, poligamo, socialista destacado, amigo intimo de Fidel, que fue a morir en los Estados Unidos,como buen socialista comunista que se respeta, de un infarto, producto de su apetito voraz.
Denuncio la explotacion al indio de la mano mesianica de Rockefeller.
En fin un ejemplo mas de nuestra falta total de auto-critica, lo que nos permite endiosar, al primer imbecil que se auto-denomina honrado,perfecto,estudiado etc etc.
Excelente articulo Saulo.

Saulo Ariel dijo...

Gracias Raffa.

Anónimo dijo...

(((el Indio Guayasamin)))

Le recuerdo que Los huancavilcas madera de guerrero tan recordados y manoseados por las mafias sirias o libanesas asentadas en guayaquil y samborondon también eran INDIOS !

Yandana Guayasamín dijo...

Como nieta de Oswaldo Guayasamín, puedo comentarle que las opiniones diferentes, siempre son respetables.

Sin embargo, le puedo asegurar que la imagen que tuve yo directamente de mi abuelo fue de alguien cariñoso, respetuoso y amable, eso si siempre frontal y directo con sus puntos de vista.

De carácter fuerte por supuesto -como todos los hombres grandes que dejan huella y legado-, no con palabras, ni con mitos, sino con constancia y con el ejemplo.

Lastimosamente al ser un personaje -gracias a su trabajo-, no está exento -como todos los seres humanos- de que su accionar y su ideología difieran con las de otros, y esto genere polémica.

Sin embargo si alguien difiere de su ideología de izquierda, es compresible y tendrá sus razones y argumentos; pero precisamente su versión de "violencia contra la mujer" está sustentado en mitos. Usted está sustentado en el libro que una ex-esposa publicó, que es solo un punto de vista de una mujer despechada, que decidió volcar su odio y pasiones encontradas contra Guayasamín, en un libro publicado cuando el ya no estaba vivo para poder desmentir nada, y menos defenderse.

Oswaldo Guayasamín fue un ser humano, no un mito.

Respetuosamente,
YANDANA GUAYASAMÍN

Professor Hoax dijo...

Respecto a lo de "indio", el mismo lo dijo en un reportaje que le hizo el patético sirviente de Correa, Freddy Ellers. Eso el servía de mucho para promocionarse, palabras textuales del pintor Alfredo Espinosa Charmorro, mi profesor. Lo que hizo es hacerse propaganda con su izquierdismo, bien visto entre la feligresía progre intelectual aún en nuestros tiempos, admirando y haciendo buenas migas con dictadores de la talla de Fidel Castro y asesinos como Ernesto Guevara.

Señorita Guayasamín, ¿es verdad que su apellido en quechua significa "ave blanca que vuela"?, eso decía su abuelo.

¿Sabe usted por ventura quien es el Arq. Huaysman?

Estoy buscando el artículo, no tengo mucho tiempo de ir a la Hemeroteca Nacional, y trato de recordar el año en que fue escrito, creo que fue entre 1.976 y 1.980, no estoy seguro. Pero sigo en mi búsqueda.

Eddy capitalino dijo...

Professhhor Mentira, se nota que eres un mono envidioso. tu alias mismo dice mentira proffesshhorrr !

Si queires hablar de asesinos y torturadores te sugiero qe te remontes a la epoce de Febres Cordero y el serrucho peñaherrera que le vendio al Partido Liberal a los csociacristianos.

sabes que es cierto que en Cuba hay una carcel de torturas se llama GUantanamo.

Si en tu arbol tus parientes se tratan como animales no significa que las personas aguanten tu irrespeto moonomentiroso regionalista ! !

Guyasamin le ha dado presitgio al país nivel internacional mientras tus Isaias le han dado prestigio a tus parientes socialcristianos professhhhorrr ! !

FeNX dijo...

Por más que quieran los personajes que guardan un recuerdo en la historia no son perfectos, no son dioses, pero se destacaron en sus acciones y trabajos, eso no se puede desconocer por simple envidia.

Para ustedes todos los activistas que apoyan la causa latinoamericana son descalificados. Su memoria se llenó de los personajes verdes que tenemos en los billetes por eso desconocen el resto.

elcessar dijo...

Lo que veo es que ha sido un gran negocio pintar indios llorones, sus lágrimas jamás les importaron, repugna ver toda esa tribu de seudosocialistas adulones y monaguillos de tiranos y criminales comunistas, y de socialistas? solo el membrete, pues viven a lo grande lucrando del capitalismo.