viernes, 17 de julio de 2009

Buena Vista Social Club, mucho más que un exitoso álbum musical.

Hace algunos años tuve la oportunidad de ver un documental relacionado con el disco Buena Vista Social Club del guitarrista estadounidense Ry Cooder, y los talentosos músicos cubanos: Francisco Repilado “Compay Segundo”, Eliades Ochoa, Ibrahim Ferrer, Rubén González y algunos más, prístinos artistas de la isla azucarera. Disco que en 1997 ganó el Grammy al mejor álbum tropical latino. Cabe aclarar que originalmente la expresión “Buena Vista Social Club” definía a un centro de danza y actividades musicales en la Habana durante los años 40 del siglo pasado.

A pesar de que los ritmos caribeños no están dentro de mi especial afecto; sin embargo, disfrute mucho escuchando los viejos éxitos de aquellos soneros cubanos, muchos de ellos, en el momento de la filmación, bastante añejos y maltratados.

Una semana después, volví a mirar el reportaje, pero en esa ocasión no fue la música lo que más me llamó la atención; sino, los testimonios del pianista Rubén González y el cantante Ibrahim Ferrer; esos sentimientos me motivaron a escribir algunas líneas. En aquellas épocas no poseía una bitácora donde dejar patentadas mis opiniones, razón por la cual me vi obligado a recurrir al foro web de un medio radial quiteño. Pero, la indolencia e irrespeto de aquellos hicieron que las expresiones desaparezcan de la noche a la mañana. Sin embargo, en ocasiones no hay mal que por bien no venga, de manera que, esta vez en mi propia cueva, aquellas opiniones de hace un par de años quedan finalmente impresas en la red, incluidas algunas observaciones adicionales.

Rescatados por Ry Cooder y el músico cubano Juan de Marcos González, alrededor del año 1996, estos verdaderos genios de la música, en ese momento, ancianos, yacían olvidados y maltratados por el sistema socialista cubano. ¿Por qué gente de ese calibre había sido tratada tan groseramente por un sistema que se jacta de sus logros en el ámbito de la cultura y educación? Pues no lo sé. Tal vez esos logros, no son tales. Tal vez. Quizá su música fue considerada antirrevolucionaria. Probablemente su genialidad era un peligro para la revolución o eso pensaban los dictadores socialistas y sus sátrapas incondicionales. Quién sabe.

Durante el desarrollo de la filmación del documental “Buena Vista Social Club”, alrededor del año 1998; no recuerdo exactamente si fue a raíz de una pregunta de Ry Cooder o ante lo evidente de su desgracia económica, el veterano morocho Ibrahim Ferrer, se sinceró, señalando que a él, no le avergonzaba picar carbón o lustrar zapatos para ganarse la vida. ¡Un cantante como Ferrer, lustrando zapatos! Un tipo que pudo ser millonario, sacando brillo a los zapatos de los turistas y burócratas del partido socialista cubano.

Quizá, especulando se habría podido tachar de irresponsable a Ibrahim, talvez su desgracia radicaba en su propia irresponsabilidad, en su incapacidad para buscarse una vida mejor que la que tristemente parecía tener; pero, la suerte de los demás músicos o por lo menos de la gran mayoría de ellos mostraba no ser diferente a la del cantor de piel morena. Divagando se me ocurrió que a lo mejor no quisieron adherirse a la música oficial, a la autorizada por el régimen. Pablo Milanés sí lo hizo y Silvio Rodríguez también, no cabe duda que la revolución sí fue generosa con ellos.

Es triste ver como los sistemas políticos despóticos; las visiones desquiciadas del mundo perfecto de una manada de tiranos rojos, amarillos, azul o verdeolivas; las ideologías tiránicas; etc., terminan afectando la libertad de los hombres y mujeres. Si te sometes a la esclavitud del pensamiento, ¡triunfas!; si te callas y sigues al pie de la letra las consignas de los tiranos curuchupas o seudo ateos, ¡engordas! Pero, si por algún motivo tus convicciones, creencias, aficiones, talentos, tu identidad, o autonomía, no son compatibles con la visión oficial de las jorgas amarillas, rojas, azules o verdeolivas, ¡estás jodido! ¡Vaya sociedad, jodida sociedad, en la que vivimos!

Sin embargo, a pesar de toda esa represión cultural, olvido estatal y violencia social, los veteranos del Buena Vista Social Club y los demás artistas que intervinieron en aquel proyecto exitoso se salieron con la suya. ¡Que gran ejemplo! A pesar de los estados y sistemas totalitarios, siempre, los hombres libres, con su talento y creatividad consiguen ser efectivamente libres, de una u otra manera; con su genialidad, en su mente, con su trabajo honrado, ¡triunfan!, siempre libres.

3 comentarios:

nelsonesteban76 dijo...

Saludos Amigo Saulo:

Que buena música, soy admirador de mucha de la musica cubana, sobretodo de la que incluye mucho de su folcklor, vivo ejemplo el de BVSC, aunque en sus últimas grabaciones ya se incluyen partituras más elaboradas e instrumentos más tecnificados e incluso intrumentos de sinfónica.

Sobre su realidad, Castro ha hecho mierda ese país, me da lástima saber que hay gente que se desespera por vivir mejor y no lo puede hacer o tiene que prostituirse o arriesgarse a morir para lograrlo.

Aunque el destino de los cubanos, haciendo una proyección con el estilo Batista era el de prostitutas y padrotes y sus respectivos hijos con ojos azules, no justifico jamás la falta de libertades que sufren los hermanos cubanos, incluidos los genios de BVSC.

Buen post amigo Saulo, siempre un gusto comentar en tu blogg.

Saulo Ariel dijo...

Steve, como ya mencioné la musica caribeña no está entre mis favoritas, pero debo decir que el Álbum de los veteranos soneros cubanos ¡está de lujo!
Alguna vez conversaba con un defensor del régimen cubano, y este me decía que las restricciones en la Isla eran necesarias para impedir que las fuerzas virulentas del Imperio tuvieran éxito en la caida del Gobierno de la Revolución y para impedir el sabotaje y terrorismo de sus enemigos; y que a cambio los habitantes de la Isla tenía una buena calidad de vida si lujos pero con todo lo necesario.
Recuerdo haberle dicho que nada justificaba las restricciones a la libertad. Justificar la falta de libertades y la represión a la libertad de expresión y pensamiento, no podía justificarse sobre la base de un supuesto y polémico éxito socialista.

Un gusto Don Steve.

Anónimo dijo...

Ry Cooder, promotor de Buena Vista Social Club y Compay Segundo, prohibido y multado por Bush

pablo shanton | clarin.com | 27-03-2003

El Buena Vista Social Club fue. El gobierno de George Bush hijo acaba de prohibirle al músico norteamericano Ry Cooder (California, 1947) que no vuelva a trabajar con cubanos como lo hizo en 1997. La prohibición, relacionada con las leyes federales que no le permiten a ningún yanqui hacer negocios con cubanos desde hace 40 años, viene acompañada de una multa de 100.000 dólares por su trabajo con Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Elíades Ochoa y Omara Portuondo hasta hoy.

Cooder había recibido en enero del 2001 un permiso por parte de Bill Clinton para terminar sendos trabajos en la isla con el guitarrista Manuel Galbán y con el cantante Ferrer durante un año. Ambos derivaron en dos recomendables álbumes Mambo Sinuendo y Buenos Hermanos respectivamente que se editaron aquí esta semana. El Grammy que se llevó el proyecto de Cooder y la nominación al Oscar del documental de Wim Wenders sobre él, nada contaron a la hora de detener esta forma de censura artística.

"La hostilidad es irónica porque los ancianos músicos se meten con aspectos de la cultura cubana que Fidel Castro considera decadentes. El nombre Buena Vista Social Club incluso se refiere a un lugar privado, hoy cerrado, que viola la misma idea de comunismo y por eso en Cuba a esos músicos se los llama Los Superabuelos", escribió ayer Gregory Tejeda en su columna "Hispanidad" (Agencia U.P.I.). "Cuando dije que el Buena Vista es un clásico latino quiero decir que será, por cuestiones políticas, la última vez que hagamos algo con gente y estilos diferentes a los americanos", declaró Cooder.